viernes, 20 de mayo de 2011

Los delfines y las ballenas tienen misiones distintas pero complementarias. Las ballenas son las guardianas de la memoria terrestre; gracias a ellas se ha podido completar la información de los archivos akáshicos que han sido puestos a la orden de los humanos.

Los delfines están para sanar el corazón; vienen a enseñarnos a estar en la alegría y el gozo del presente; a recordarnos que estando en el presente cocreamos un presente y un futuro gozoso, amoroso. Nos enseñan también a comunicarnos telepáticamente y en imágenes holográficas.
Su ejemplo de colaboración grupal es parte de lo que sería una sociedad organizada sobre la paz y la cooperación.

Hace muchos millones de años la Tierra fue entregada a los cetáceos como la especie más evolucionada que la habitaba. Para esa ocasión los humanos éramos apenas un proyecto de especie en evolución. El tiempo pasó y ahora nos toca a los humanos asumir este reto, pero como en toda transmisión de mando, necesitamos el entrenamiento de los antiguos guardianes, esa es una de las razones por la cual los delfines y ballenas quieren establecer este vínculo.

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